Desde Eyevoyage nos pidieron poder compartir, en su página web www.eyevoyage.com y en facebook, una de nuestras mejores imágenes que hemos tomado de la tomatina. Nos pedían una pequeña descripción de cómo habíamos tomado la imagen tanto técnicamente como los problemas a los que nos habíamos enfrentado. Os dejamos el resultado de lo publicado; la imagen junto al texto en inglés y castellano.

TOMATINA

Bunyol, Valencia, Spain, 2009 ©  Fotoagencia Valencia

FB – https://www.facebook.com/fotoagenciavalencia
Canon 1DMarkII + Canon 16-35mm @ 16mm, f/2.8, 1/400 sec, ISO 400.

On the last Wednesday of August I went to cover the party of Tomatina for a news agency. As the final event of Bunyol’s festival, thousands of people come from all over the world and for a couple of hours throw tons of tomatoes at each other (made available by the Council and grown specifically in the region for the event). The uncertain origin of this surreal street-fighting, which has been flooding the streets with rivers of tomatoes since the 50s, has not prevented the growth of t

his event into an international tourist attraction.

Festival participants are aware of the level of media coverage and the

fact that the images might be seen around the world, so they ask you to take pictures of them and try to do original things to grab your attention. In this case I saw an unnoticed guy throwing a plate on the floor and using it to slide on the tomatoes. I quickly went ahead a few feet, to be right in front of him, hoping he will do it again. He did and I shot in continuous mode, to make sure that I have at least one image in focus. Even though I constantly cleaned the tomato juice from the lens, there was a risk that most photos would come our blurry.

The rest of the photographers saw the scene, swarmed around me and asked the guy to repeat it, so, I was lucky enough to have a second chance to capture the shot. I like to show some context in my images, elements that identify that the festival takes place in the streets of a town – windows, doors or facades of businesses; as well as any element that might show the contrast between the party madness and the daily life of the place – people peering through windows of their houses to see if the mess is already over and they can leave.
In order to shoot at the Tomatina, protecting the camera with an underwater case is a must – one always gets soaked with tomato juice. These cases make it uncomfortable to change camera dials so I don’t do it. I work in Shutter Priority, to be able to freeze the action, and zoom

out to 16mm, to be able to work as close as possible to the action while capturing the scene in all

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La foto está tomada en la localidad valenciana de Bunyol (España). Como cada año fui a cubrir la fiesta de la Tomatina para una agencia de noticias. Allí miles de personas llegadas de todas las partes del mundo se lanzan toneladas de tomates los unos a los otros por las

calles del pueblo. Para trabajar allí es necesario cubrir tu cámara con una funda acuática para que no se estropee, ya que acabas empapado de tomate. Si no es así, dudo que salgas de allí con buenas fotos.

Las fundas acuáticas son incomodas para manejar los parámetros de la cámara, por eso trabajo con prioridad al obturador a una velocidad para congelar acciones, y ya no cambio ningún parámetro en todo momento. También dejo el objetivo en 16mm ya que se suele estar muy cerca de la acción y quiero poder captar toda la escena. Me gusta que en mis imágenes aparezca algún elemento que identifique que la fiesta se realiza en las calles del pueblo, como ventanas puertas o fachadas de bancos y comercios, así como algún elemento que contraste la fiesta con la vida cotidiana del pueblo; como gente asomándose por las ventanas de su casa para ver si la fiesta ya ha terminado y pueden salir.

La gente que participa sabe que es una fiesta muy mediática y que las imágenes van a dar la vuelta al mundo, por eso te piden que les hagas fotos o intentan hacer cosas originales para que te fijes en ellos. En este caso vi al chico de la foto tirándose en plancha en el suelo y deslizándose sobre el tomate. En ese momento adelanté unos metros y me coloqué delante de él con la esperanza de que lo volviera ha hacer. Imagino que al verme con lo cámara lo repitió para que lo fotografiara, y se lanzó de nuevo. Yo dispararé en ráfaga para asegurarme de tener alguna foto enfocada, ya que con el tomate si no estás constantemente limpiando el objetivo, la mayoría de las fotos salen borrosas. El resto de fotógrafos al ver esa escena se acercaron y pidieron al chico que lo volviera ha repetir. Yo repetí la toma también y finalmente fue la que escogí, ya que la primera vez me habían salido desenfocadas.